Antes de que sea demasiado tarde:
Harry marcho rápidamente por las mazmorras hasta el despacho del pocionista. Hacia tiempo que había dejado de ser su profesor bastardo, de ser Snape a secas; para el era simplemente Severus. Pero Harry sospechaba que algo malo ocurría: de unos días a esta parte, Severus se encontraba cada vez mas callado, mas sumido en sus pensamientos... Mas cerrado a el. Temía que Dumbledore estuviera diciéndole tonterías sobre pedofilia, su relación, y todos esos factores que hacían aquella relación prohibida. Mordiendose el labio inferior, el Elegido llaamomdos veces a la puerta, esperando respuesta.
Y lentamente la puerta se abrió ante el con un chirrido ensordecedor. Mas no obstante, no encontró a Severus esperandole; la puerta simplemente le había dejado pasar mágicamente.
- Severus?- pregunto Harry en voz baja. Su profesor sabia que hoy iba a pasar la noche con el, así que le extraño encontrar una semioscuridad en la fría habitación.- Severus?- repitió esta vez con mas temor Harry.
Miro a su alrededor; la chimenea estaba encendida; y Severus otra vez absorto en sus pensamientos, sentado en el gran sofá mullido y oscuro frente al fuego. De espaldas a Harry; este ultimo empezó a preocuparse cuando no obtuvo respuesta.
Con gran cuidado se acerco hasta el lugar y toco el hombro de su amante. La reacción fue desmedida. En seguida el hombre despertó de su trance y le apunto con la varita, ante la incredulidad y preocupación de Harry.
- Harry...- un suspiro escapo entre sus labios finos y pálidos.- No te había oído entrar. Ven, sientate.
El hombre se hizo a un lado guardando la varita. Inmediatamente, Harry se sentó a su lado, observando con fijación; parecía preocupado y ausente. En su mano izquierda pudo ver una botella de licor.
- Sev... Estas bien?
- Si, no pasa nada.- "No por ahora"
- Te noto raro...
- Solo quiero pasar una noche contigo Harry. En familia, en pareja o como quieras llamarlo.- "Antes de que me odies"
- Como quieras Sev.
El moreno se recostó contra el pecho del adulto, y este lo recibió entre sus brazos, respirando el aroma que desprendía su cabello. Lo echaría de menos; el olor, el sabor del muchacho, la sola presencia de su Harry.
Pero no debían estar juntos; se acercaba Junio, y cada vez Malfoy atentaba contra la vida de Albus con mas temeridad. Una corazonada le decía que dentro de poco, Albus estaría muerto bajo su varita. Y entonces Harry le odiaría.